lunes, 18 de enero de 2010

LAS PRIMERAS FRESAS. (Cuento Cheroki)


Hace mucho tiempo, cuando el mundo era nuevo, el Creador hizo a un hombre y a una mujer. Los hizo a la vez, para que ninguno de los dos estuviera solo. Ellos se casaron y vivieron juntos y fueron felices durante mucho tiempo.

Luego, una tarde, el hombre volvió a casa de cazar y vio que la mujer aún no había empezado a preparar la comida. Estaba fuera recogiendo flores.
El hombre se enfadó.
- ¡Tengo hambre! – dijo en tono irritado-. ¿Acaso esperas que coma flores?
La esposa entonces se enfadó también. Quería disfrutar de la belleza de aquellas flores con su marido. Para eso las había recogido.
- Tus palabras me ofenden- le dijo. No voy a seguir viviendo contigo.

La mujer se volvió hacia el Oeste y se encaminó hacia el sol. Su marido la siguió, pero ella caminaba demasiado deprisa. No podía alcanzarla. La llamó a voces, pero ella no le oyó. Él se apresuró cuanto pudo, pero su esposa era mucho más ligera.

El sol observó al marido seguir a su esposa. Y vio la tristeza del hombre y se apiadó de él.
- ¿Sigues enfadado con tu esposa? – preguntó el sol.
- No – contestó el hombre-. Fui un estúpido dejándome arrastrar por la cólera. Pero no puedo alcanzarla para decirle que lo siento.
- Entonces te ayudaré- dijo el sol.

El sol iluminó la Tierra con su luz delante de la mujer. Y allí donde la luz resplandecía, crecieron las frambuesas. Estaban maduras y parecían apetecibles, pero la mujer no se fijó en ellas y siguió caminando.

El sol volvió a intentarlo. Brilló y crecieron los arándanos. Resplandecieron a la luz del sol, pero la mujer no se fijó en ellos. Siguió caminado hacia el Oeste, alejándose cada vez más de su marido.

El sol lo intentó entonces por tercera vez. Y allí donde sus rayos tocaron la Tierra, crecieron las moras. Eran oscuras y grandes, pero mucho más grande era la cólera de la mujer, que no se fijó en ellas.

Por fin, el sol se esforzó al máximo. Iluminó la hierba delante mismo de los pies de la mujer y aparecieron las fresas. Brillaban como fuego en la hierba y la mujer tuvo que pararse al verlas delante.

Se arrodilló, arrancó una y la mordió. Nunca había probado una cosa igual. Su dulzor le recordó lo felices que habían sido ella y su marido antes de reñir.
- Tengo que recoger algunos de estos frutos para mi marido-, se dijo, y se puso a recoger fresas.

Y todavía estaba recogiendo fresas cuando el hombre la alcanzó.
- Perdóname, perdona mis palabras ofensivas- le dijo el hombre.
Y ella la respondió compartiendo con el dulzor de las fresas.
Y de esta forma vinieron al mundo las fresas.

Hoy día, cuando los cheroquis comen fresas, recuerdan que tienen que ser siempre amables unos con otros; recuerdan que la amistad y el respeto son tan dulces como el sabor de las fresas rojas en sazón.

6 comentarios:

  1. hola mi querida Lisa, ya te dije en su momento que me gustó mucho tu cuento, es para reflexionar y emocinarse.... mi hada del bosque, eres sensible y me llega hasta lo más hondo de mi corazón... te quiero mi hada....

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  2. Gracias Rosa eres un cielo, ojalá llegara a más gente esa sensibilidad que nos caracteriza, porque así viviríamos en un mundo mejor donde el arte y la narración serían el horizonte.
    Y sobre todo escucháramos las viejas historias que tanto nos enseñan, eso es lo que adoro de los buenos cuentos... porque siempre selecciono, porque malos hay muchos más cargados de una especie de enseñanzas absurdas y con moralejas que no son moralejas sino como digo yo son "moralinas" que ni a los niños ni a los adultos gustan por lo evidente de su carga ideológica o tratados de urbanidad exagerados y desproporcionados que rayan con lo ridículo

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  3. Solo puedo decirte que ¡¡¡¡¡¡¡ME ENCANTA!!!!!!!
    hacía mucho que no leía un cuento, ojalá hubiera muchos más para poder leerlos más a menudo

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  4. Mi querida M.Carmen me agrada muchísimo que te haya gustado.
    Hice este blog con la intención de escribiros cuentos y haceros soñar con ellos.

    La pena es que nadie lo vivita o parece que a pocos les interesa.

    yo soy una aficionada a los cuentos, me encacantan, además soy cuentista o cuentera o como me quieras llamar, es decir, soy narradora de cuentos.
    Mi público más asiduo son los niños, aunque a los adultos también les produce placer escucharme, en fin ya que me has animado, prometo "contaros" otro cuento en breve.

    Muchos besitos y muchísimas gracias por ser tan amable...

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  5. ¡¡Qué bonito cuento!! No lo conocía y con moraleja incluída, esos son los que trascienden en el tiempo. Un gran abrazo y mi felicitación!!

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  6. Gracias Drac. He visto que cuentas cuentos, eres profesional ???

    yo soy aficionada a contar, me considero "cuentera". Besos

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